miércoles, 29 de enero de 2014

Capítulo 5


Fotografías del pasado. Diario de Helena.
· 7/10/2009

- Ya va haciendo frío ¿Verdad?
- Sí, el otoño se va notando - Dijo con sus finos labios - Te sienta bien el frío, me gusta tu nariz roja.
Sus ojos azules miraban resplandecientes mi cara, me encantaba esa mirada que rebosaba felicidad... felicidad de permanecer siempre a mi lado.
- Igor, ¿Sabes que te quiero verdad?
- No me cabe la menor duda...

La noche fue pasando al igual que las estrellas iban apareciendo en lo más alto del cielo. Yo era buena, era feliz, era yo misma. Me encantaba ser yo misma y no tener que fingir ser alguien que no era frente a él ya que me quería, con mis defectos y mis virtudes. 

Sentados en un banco viendo como el aire que salía de nuestros labios se volvía visible al chocar contra el aire frío del ambiente. 
Sí, hacía frío, pero lo que sentíamos nos mantenía con suficiente calor en el cuerpo como para no notarlo.

Él había apartado el pañuelo que me regaló cuando fue nuestro aniversario. El tacto de sus labios se notaba en mi cuello. Todo era perfecto. Absolutamente todo. Le quería, me quería...

· 11/11/2009
Había amanecido lloviendo, el tiempo estaba revuelto al igual que mi estómago, a penas tenía ganas de salir de casa si no era estrictamente necesario. Sin ganas de pensar ni vivir me tumbé en la cama, no podía hacer nada para que todo volviese a la normalidad, sólo podría esperar a que el tiempo lo curase todo... aunque ¿Cuánto tiempo haría falta para volver a ser quien era?¿Años?
- ¿Cómo ha podido ocurrir esto tan rápido? - Incluso ya cansada de pensar y darle vueltas a la situación no podía remediar hacerme esa pregunta...
No me podía explicar qué había hecho para que en un momento todo mi mundo se rompiese en pequeños fragmentos que cortaran igual que el cristal afilado. ¿Qué había hecho? ¿Acaso era un castigo? ¿Qué habría hecho en otra vida para merecer esto?

Sus palabras volvieron a aparecer en mi mente
- Helena, no se que hacer con nuestra relación...-decía mientras que mi corazón bombeaba demasiada sangre a todo mi cuerpo por culpa de sus malditas palabras- necesito tiempo para pensar a solas...
- ¿Por qué? si hace unos días decías que me querías.
- Estoy agobiado Helena.
- ¡¿Y qué pasa conmigo?! ¿Ya he dejado de importarte? ¿Has dejado de quererme de la noche a la mañana Igor?
Él se dio la vuelta y dijo algo que no pude llegar a oír. Se fue. 

Mis ojos se inundaron de lágrimas al recordarlo. Concluyó con todo lo que me quedaba dejando un vacío insaciable en mi cuerpo, haciéndome a la idea de que mi rutina ya no sería la misma y que todo sería nuevo y raro. No pertenecía a ese presente... 
Tenía tanto dolor acumulado, como si alguien hiciese tanta presión en mi estómago que me provocase nauseas constantes. No sabía qué hacer para sacar ese dolor. No podía gritar o hablar siquiera.


- ¿Cómo estás? - Preguntó
- ¿Cómo quieres que esté? - Mis ojeras lo desvelaban todo, era absurda la pregunta que Mel me hizo
- Yo que se, tía, alegra esa cara.
Hice un fallido intento de poner una sonrisa que al poco rato se desfalleció. Mis lágrimas volvieron a aparecer, esas jodidas lágrimas que salían cuando querían sin permiso alguno. Me sentía más vulnerable que nunca y eso no me gustaba nada, no quería ser vulnerable, siempre he sido fuerte, ¿Por qué ahora estaba así?, ¿Por qué ahora al mínimo recuerdo lloraba?

Mi vida siguió siendo mi vida pero yo no fui nunca más la misma, supongo que maduré. Se me ocurrió ser más fuerte suprimiendo mis sentimientos y no celebrando mis alegrías, así nada me volvería a afectar de la manera que me afectó este capítulo de mi vida. Sí, era una promesa a mí misma, aunque no lo conseguí.


Presente.
La agonía comenzaba a presentarse junto con los recuerdos.
Pegué un trago largo al cubata, llevaba 5 chupitos de Tequila y dos cubatas de Vodka. Nada me iba a impedir que mi sentimiento de guapa, sexy e insuperable se fuera por el retrete después de casi un año reponiéndome del duro golpe. había conseguido sentirme bien conmigo misma y no iba a permitir que él lo volviese a hacer aunque tuviese que tomar alcohol para sentirme mejor.


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