domingo, 26 de enero de 2014

Capítulo 2.


Al terminar de cenar y después de un buen rato de charla le eché de casa  a empujones y riéndome como ya no recordaba que se podría reír...

 Me acosté con una amplia sonrisa en la cara, aunque esta no tardó en desvanecerse por mis pensamientos...


Entraba a clases a las 08:15 de la mañana, con lo que me tenía que levantar a las 6 para desayunar, ducharme, arreglarme y coger el bus, y después de todo eso, orientarme.

Así que me hice dos tostadas con mantequilla y un vaso de leche, terminé a las 6.15, tardé 15 minutos ducharme, 15 en peinarme sin quitar los 15 de vestirme más los 10 de maquillarme y 5 minutos para ir a coger el bus que salía a las 7.30 "Y esa sería mi rutina" Pensé al estar ya sentada en el autobús.

Llegué a la Universidad y entré a mi clase. Todos me miraban atónitos, e incluso creo que alguien me echó alguna foto... Jodidas novatadas.
Sobre todo había un chico que me miraba descaradamente, como si no le importase que me diese cuenta de que me estaba analizando de arriba a abajo.

Las horas de clase pasaron... Llegué a casa a las 7 de la tarde de comprar material de clase y algunos libros que me faltaban, además de uno que me quería leer, El nombre del viento...


Cuando llegué al piso, miré el móvil, tenía 10 mensajes... era mi cumpleaños y no me había acordado en todo el día... 20 años ya... Un año más para la colección.
Comencé a leer los e-mails y mensajes de texto de mis amigos, mi madre me llamó por teléfono y de que todo pasó vi que tenía un e-mail nuevo.

- De: Igor
- Asunto: ¡Felicidades novata!
- Bueno Helena, ya que te has mudado tendré que felicitarte por mail.

Que sepas que me alegro mucho de que estés estudiando enfermería, esa carrera que tanto has perseguido y decirte también que estoy aquí para todo lo que necesites ¿Vale?
Todos aquí te echamos de menos, sobre todo Coco [Su perro] y ya sabes, ¡no le des muchas vueltas a la cabeza que te conozco! ;)
Te queremos.

- Sí, ojalá.... más bien ojalá ese "te queremos" le incluyese a él de la manera que quiero que me quiera...


Sin control paternal alguno y en mi propio piso, no me daba apuro llorar ya que nadie lo vería y nadie lo recordaría… no quedaría clavado en la memoria de ningún ser humano el hecho de que yo en realidad era una chica demasiado blanda… algo que no aparento, así que me desahogué abrazando un cojín del sofá mientras que mis lagrimas recorrían mis mejillas...


Pude sacar toda la rabia, tristeza y odio acumulados desde Noviembre de hace dos años... Desde que él, Igor, terminó conmigo y con lo que conocía como mi vida... Suena exagerado, pero desde que eso pasó, no he dado pie con bola.

 No había vida si no estaba él… Bueno sí, pero no llegaba a encontrarla.

Por desgracia para mí, sonó el timbre...
- ¡¡Helena!! ¡Tengo algo para ti!
Era la voz de Matt...
- Matt lo siento, no puedo abrir ahora mismo...
Otra vez para desgracia mía, mi voz sonó muy apagada y entrecortada...
- ¿Helena? ¿Estás llorando? Ábreme...
- No, no estoy llorando, acabo de salir de la ducha y estoy... ¡desnuda! – Típica escusa de cuando no quieres que entre alguien..


- Por favor, ábreme...
- No...
- Bueno, pues como quieras...
Bien... el único amigo que tenía ya estaba enfadado conmigo, ¡Por ese camino vas genial!
Me senté en el sofá y al minuto Matt volvió a llamar a la puerta, pero no a la de entrada... si no a la de la terraza,
 y sostenía dos paquetes y su sonrisa en la cara... No tuve más remedio que abrirle...
Puso los paquetes en el sofá
- Ey Helena... ¿Qué pasa? ¿Ya estás llorando?…
¡¿Por qué tuvo que decir eso?!

Acto seguido me abrazó... Pude comprobar que me sacaba una cabeza, con lo cual podía abrazarme perfectamente... Refugié mi cara en su pecho, no quería que me viera, además estaba a gusto entre sus brazos...
- Felicidades...- Susurró con sus labios en mi cabeza
- ¡Pero ¿Como?!
- El cartero me dejó dos paquetes para ti, uno ponía Feliz Cumpleaños y, no quiero impresionarte pero... sé leer. -Volvió a sonreir-  Así que venga ¡Ábrelos! 

Cogí el primer regalo, era una caja envuelta y con un lazo, la abrí y encontré comida junto con una foto. Era de mis padres
- Jamón, queso, chorizo, salchichón... ¡Vamos no me jodas! parece que mi madre piensa que aquí no hay Carrefour... -No podía parar de reír.
Me dispuse a abrir el segundo que superaba en tamaño al de mis padres
"Feliz cumpleaños" ponía.
- ¿Qué será? - Me pregunté a mí misma...
Rompí el envoltorio y comencé a ver fotos y más fotos
- Un cuadro de mis amigos...
- Para que no llores.
Se produjo un silencio, un tanto incómodo.
- No lloraba por estar lejos de casa...- Dije bajando la cabeza
- ¿Entonces no hechas de menos a papá y mamá?
- Sí, pero no es eso... Lloraba por este maldito ser humano... - Respondí mientras señalaba en el cuadro la foto de Igor...
- ¿Quién es? ¿Tu hermano?
- No... Mi ex -Había tantas cosas sin resolver con respecto a este tema...
- ¿Quién dejó la relación?

- Él, por supuesto...
- ¿Le sigues queriendo?
- Por desgracia para mí y después de dos años, sí.
- Que estúpido.
No tenía ánimos ni para enrojecerme por el piropo escondido en esa frase...
- No te creas que es mucho lo que se pierde -Susurré.
- Y ¿Qué ha pasado para que estés llorando?
- Un e-mail suyo.
- ¿Qué decía? - Preguntó muy intrigado
- Que me quería...
Su cara era un poema, no entendía nada de lo que le estaba diciendo y aunque no tenía fuerzas, comencé a reírme a carcajadas.
- Me alegra hacerte reír pero... si dice que te quiere... ¿Por qué lloras?
- No lo dice en serio, es como una despedida... como un "Adiós, besos."
- Comprendo...

- La historia entre nosotros fue muy complicada.

- ¿Complicada? ¡Me encantan las historias complicadas! - Dijo mientras dejó caer todo su peso al sofá.
- No suelo hablar de esto...
- Helena, no seas estúpida y desahógate.
- Pero vas a juzgarle y no te voy a hacer caso...
- ¿Qué puedes perder contándome esto? Si ni siquiera te conozco suficiente como para decir "Helena, eso no lo harías tú" o algo por el estilo. Venga, no te hagas de rogar -Me despeinó con su mano derecha.


- Bueno pues... hace casi cuatro años le conocí, por pura coincidencia, una tarde aburrida en la que te encuentras a alguien y comienzas a hablar con él... y ves que tienes tema de conversación para todo el día. Era así como la pieza que faltaba en ese día para ser especial.
- ...
- Pasaron los meses, y como todas las veces que te enamoras de verdad, después de ser amigo llega a ser un pilar fundamental donde poder apoyarse en momentos de flaqueza, una pieza clave de tu vida que no quieres echar a perder con una relación que no sabes como saldrá. De todos modos no tenía muchas oportunidades con él... Como puedes comprobar es bastante... agraciado físicamente.

- Uhh.. sí... -Dijo imitando a una chica catando chicos.

- Al final de todo el lío de dejar o no de ser amigos por tener una relación, comenzamos una. Al principio, como siempre, todo era perfecto cuando estábamos juntos…  Teníamos pasión y amistad, pero poco a poco todo se fue perdiendo… discutíamos por tonterías y no había día que no me fuese a mi casa enfadada o decepcionada… así que me dejó a los dos año, por el mero hecho de que "estaba agobiado" según él… 

- ¿Según él?

- Esa es la excusa que ponéis los hombres cuando hay algún problema por medio que no queréis decir... sabía que solo lo decía para que me callase y no le molestase más con el tema… así que por así decirlo no se el motivo…
- ¿No crees que haya sido por agobio?
- Seguramente no, estoy segura de que no soy tan agobiante. No suelo mandar SMS todas las noches para preguntar si me quieres o llamar a cada instante... es cierto que ese año se cambió a mi instituto y pasábamos más tiempo juntos, en él recreo quería estar con él.. pero ya ves tú, media hora en todo el día ya que después no nos veíamos ni nada… excepto fines de semana que, como es normal, quería salir con él y nadie más.
- ¿Entonces por qué crees que fue?
- Sexo.
- ¿Sexo? -Abrió los ojos de par en par- No tienes pinta de ser mala en ese tema...
- No se si tomarme eso como un insulto o un halago -Me mordí el labio- Pues sí, creo que fue por sexo. En dos años no le dejé hacer nada y sí, se que es mucho tiempo pero con tantas discusiones lo único que hacía era empeorar todo y que yo tuviese más dudas con respecto a la relación…
- ¿Qué eres de la antigua escuela? "Si no es el adecuado no me entregaré." - Añadió. Su cara parecía pensativa, miraba el suelo pero me estaba escuchando...
- ¿Por qué dices eso?
- Porque tienes miedo a equivocarte… Piensas “¿Y si me entrego a él y resulta ser que no es la persona adecuada?” ¿O me equivoco?
- No se Matt.. - Contesté no muy convencida...
- O también puede ser porque tienes algún complejo y no quieres que te miren por el hecho de que te juzguen por tu cuerpo
No se por qué, pero solté una carcajada
- ¿Has probado a estudiar para Psicólogo?
- Estaría bien ¿eh? - Contestó al mismo tiempo que me guiñaba un ojo - Bueno, yo también tengo algo para ti.
- Ah ¿sí?
- Seh - Sonrió. Esa sonrisa me hacía desvariar...
- A ver... - Dije cuando puso una cajita en mis manos
- Cuando me enteré de tu cumpleaños era demasiado tarde para salir a comprar un regalo, así que fui a la tienda "Matt's shop" que está justo en mi casa, donde todo es gratis y tienes sal y azúcar de sobra para cuando vengas a pedirla... y bueno, guiándome por como vistes, creo que te gustará.
- Oh, qué detallista...
- ¿Qué será? ¿Qué será? - Canturreaba mientras que me deshacía del envoltorio...
- Oh... - Exclamé al ver el regalo que brillaba entre mis manos
- Es mi preferido, quiero que te lo quedes...
- Una cuchilla... Oh gracias... me encanta, siempre quise una...
Era una réplica de la parte plateada de las cuchillas de afeitar, me gustaba mucho ya que iba totalmente con mi estilo, era un colgante y un gran regalo.
- Para que cuando estés triste, te de fuerza y te acuerdes de mí...
- Oh sí - Dije con tono burlesco para reírme de él - Nada mejor para levantarte la moral que agarrar una cuchilla, hacerte una matanza en la mano y pensar en un desconocido.
Me sacó la lengua
- Tonta, no soy un desconocido, me conoces desde ayer.
Intenté seguir con mi cara de enfado fingido pero no pude contener la risa, hablar con él era como desconectar del resto del mundo.




La noche terminó con una mini-fiesta sólo y exclusivamente para mí y hecha por Matt. Cantamos, bailamos, bebimos, nos abrazamos con un poco más de grados de alcohol en la sangre del que deberíamos tener y me desperté en la misma cama que él... en mi cama.





-¡¡¡¿Quéeee?!!! - Grité con todos los decibelios que mi garganta ofrecía...

¡Había dormido con un desconocido en mi casa! esto no podía estar pasando..

Matt comenzó a moverse y me tapé más con las sábanas dejándole el pecho al descubierto sin querer. Estaba en ropa interior. Quería que la tierra me tragase… Había muchas preguntas sin respuesta en mi mente, nunca había pasado esto con Igor (Claro que nunca antes había bebido alcohol) No sabía cómo reaccionaría él, qué tenía que hacer, ¿Lo debía despertar?
- Oh...- Dije al ver su pecho... no era exageradamente una parte de su cuerpo esculpida en un gimnasio, no, su constitución parecía ser esa.
Sus hombros eran normales, ni poco ni muy musculosos.. Él era normal, pero tenía los pectorales definidos y su espalda era ancha. Siempre me han gustado las personas así.. No muy musculosos... pero con espalda un poco ancha…
Mi mano actuó sola y rozó sus abdominales poco trabajados. Todo tipo de pensamientos pasaban por mi cabeza a la velocidad de la luz. Miré su cara y vi que tenía los ojos abiertos y una sonrisa de pícaro. Aparté mi mano tan pronto que por pocas me caigo de la cama... patético.
- E.. Esto.. ¡Discúlpame!
- A ver si te vas a enamorar de mí ¿Eh? - Dijo como respuesta al color de mi cara que ahora más bien aparecía con la pigmentación de un tomate.
- No me hagas reír, nunca me gustarías..

- Eso no lo decías anoche...
Enrojecí, más aún.
- ¿Anoche? ¿qu... qué pasó anoche? -De pronto volví a la cruel realidad, miré el reloj y me faltaron décimas de segundos para levantarme de la cama - ¡Mierda, mierda, mierda! ¡El tren sale a las 12!
- ¿Qué tren? - Dijo él levantándose también.
- Tengo que coger el tren de las 12 con destino a Madrid para ver a mi familia y son las 11.40
- Ahms.. - Su cara parecía disgustada.
- Matt, ¿qué te pasa?
Me miró a los ojos y acto seguido se levantó.
- Recogemos un poco esto y me voy.



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