miércoles, 29 de enero de 2014

Capítulo 4

Comenzó a llegar gente a la plazoleta, ese lugar donde habíamos pasado toda nuestra infancia correteando cuando éramos solamente niños y nos creíamos tan mayores como para por ejemplo, dar besos inocentes pensando que esa persona sería el amor de nuestra vida, cuando ese beso solo significó mostrar un poco más de aprecio que a otras personas, curiosidad y nervios. Todavía sigo siendo una niña... aunque mi cuerpo haya cambiado... y mi mente.

Entre toda la muchedumbre avisté la cara de Mel y corrí a darle un abrazo. Todos quedaron atónitos al verme ya que nadie sabía de mi visita. Voces y más voces salían de todos mis amigos al unisono diciendo mi nombre...
Caminamos hasta llegar a lo que nosotros peculiarmente llamamos "La Lonja". La lonja era una especie de parque donde la gente se reunía y bebía, algunos solo para pillar el punto y perder la vergüenza, otros directamente, para llegar a un coma etílico... 

La noche comenzó. Risas entre todos, bebidas suficientes, hielo, algo para picar que suelen ser pipas, y cosas así, es decir todo iba bien por ahora.

- ¿Qué tal llevas lo de Igor? - Me preguntó Nadia. Estaba allí con nosotros y apenas me había dado cuenta de su presencia... Había saludado a tanta gente que no sabía ni a quién estaba saludando.
- Bueno, no me quejo, ahora se puede decir que lo he olvidado, ya es agua pasada, no le quiero más, no quiero ni sus besos.. ni sus caricias.... ni su voz... ni su calor... ni su pelo largo moreno... ni sus ojos azul océano...
...
- Helena vuelve de las nubes. Déjalo, sabes que no le has olvidado.
Para mayor desgracia sus palabras tenían toda la razón... crueles pero ciertas.
Un primer amor que fue correspondido y después, en un abrir y cerrar de ojos se convirtió en nada.

Soy yo la que permanecía sola en esa pareja, él se marchó de una manera tan fácil que ahora dudo de todas las veces que dijo que me quería.

- Tss. He venido aquí a pasármelo bien no a pensar en Igor, ¿Sabes? ¡A Disfrutar! no me hacen falta chicos, ahora soy una mujer independiente. 
- Bueno y ¿Qué tal todo por Jaén? Bien ¿Verdad?
Me parecía poco apropiado ponerme a hablar solo de novios, ex-novios, rollos, y amigos que se meten en tu cama el día de tu cumpleaños sin ningún compromiso. Así que no mencioné a Matt.
- Bien, un poco aburrido ya que estoy sola, pero me he hecho unas amigas con las que pasar alguna que otra tarde, no es nada del otro mundo eso de mudarse [Mentira]
- Me alegro muchísimo Helena, eso es lo que te hace falta: Salir de esta ciudad. Para celebrarlo échate Negrita en el vaso y disfruta.
- No, no suelo beber, gracias, con mi Cocacola tengo bastante.
Cogí mi vaso y comencé a buscar entre la muchedumbre, pero, ¿Qué buscaba? ¿A Mel?... no, no era eso... era un acto reflejo el ir mirando con el rabillo del ojo a otros lados mientras hablaba con mis amigos, pero cuando mis ojos vieron a una persona con pelo lacio moreno, una espalda ancha cubierta por un jersey de verano blanco con líneas azules a juego con sus ojos, los cuales no podía ver, caí en la cuenta de a quién buscaba... Igor. Sí, las mujeres somos así de estúpidas y masoquistas.

Mi corazón dio un vuelco.. quise gritar y tirarme al suelo, darle un puñetazo a alguna farola, chillar de rabia, tirarle un cubito a la cabeza y preguntarle si le duele tanto como a mí su abandono, pero todo eso solo se quedó en un mísero fragmento de aliento atascado en mi garganta...
- Malditas hormonas... - Susurré.
Antes de que el susodicho príncipe objetivo de mis amenazas se girase, volví donde estaba todos mis amigos y cogí del brazo a Mel.
- Vámonos de chupitos, esta noche tiene que ser legendaria.
- ¿Estás segura?
- Sí, tengo que ahogarme en algo que no sean mis propias lágrimas.
- ¿Le has visto?

- Sí, y estaba sonriendo, así que como mínimo tenemos que bañarnos en Tequila para nublarme la vista.

No hay comentarios:

Publicar un comentario